domingo, 5 de enero de 2014

Ruta: Playa de Doñana

La marea no nos permitió llegar a Bajo de Guía, pero Doñana nos regalo un amanecer y un día pedaleando por una singular playa de invierno.



Fallamos, quizás porque no somos de mar, en la predicción de la marea, y quedamos "retenidos" a diez kilómetros del objetivo, que era nada más y nada menos la desembocadura del Guadalquivir. La pleamar nos sorprendió dejándonos sin orilla, y haciendo imposible el pedalear por la arena seca. No conseguimos asomarnos a Sanlúcar, pero si disfrutamos de un día en el corazón de las playas vírgenes de Doñana.

Dos autobuses cual safari y un coche de vigilancia del parque nacional, fue el único contacto humano que tuvimos desde que salimos desde Matalascañas (Huelva) con la salida del sol, a las 8:30h, y que regresamos pasadas las 16h. Solo aves en un cielo claro, y un sol invernal que hizo que el contratiempo de la espera forzada por la marea fuera agradable e incluso casi celebrada por nosotros. 

Pedalear por la arena endurece la hazaña, pese al kilo de presión que llevábamos en las ruedas. Hay que tener buenas piernas, y un rodaje que permita aguantar durante los 54km totales la exigencia.  Un lavado a fondo a la bicicleta después para quitarle la sal que pueda oxidar los mecanismos.

Siempre acostumbrados a la montaña, pedalear por la orilla del Atlántico fue una experiencia muy novedosa y aconsejable. Y siempre mejor entre amigos. Volveremos para intentar completar esos 27 km que separan Matalascañas de Sanlúcar de Barrameda ya en tierras gaditanas, y deleitarnos nuevamente con la playa más bonita y grande de Andalucía. ¡Hasta la próxima!

Ruta: Vía minera Reserva Castillo de las Guardas - Peña del Hierro


Nos abrimos paso entre la montaña por una antigua vía ferroviaria que nos condujo a través de túneles y puentes a un poblado minero abandonado de paisajes lunares y piedra oxidada.


Sin duda son los paisajes el gran valor de esta ruta. La travesía de dos túneles, el primero de 150 metros que exige incluso luz artificial, y el cruce de un puente a 55 metros de altura sin protecciones laterales, hacen de la experiencia una pequeña aventura a media hora de la capital sevillana. Una ruta que no es circular, pero donde la vuelta con pendiente favorable se hace corta y entretenida. El destino un antiguo poblado minero, con un centro de visitantes y antiguas minas a cielo abierto de hierro, que le da ese color a tinto al agua que corre por los riachuelos. Un premio las vistas desde arriba de la peña, lugar donde tras recuperar la respiración por las rampas, podrás disfrutar de una vista de todas las minas próximas de Rio Tinto. Un lugar fenomenal para recuperar fuerzas y tomar algunas fotos.

Si entramos ya en lo más técnico, a parte de recomendar el uso de linterna para el túnel, diremos que la ruta es de nivel medio, y explicaremos el porqué. El kilometraje es corto, con tan solo 43km, picando hacia arriba bastante rato a la ida, cosa que a la vuelta obviamente se compensa, casi con 30 minutos sin dar pedales. La dificultad es el terreno pedregoso que hace sufrir a amortiguadores tanto de la maquina como de nuestro cuerpo. Por dos veces hemos realizado esta ruta y en ambas hemos sufrido luego de leves dolores de hombros y muñecas. Volveremos para enseñarla a más compañeros de pedales, recreandonos en parajes que tiempo atrás permitíeron ganarse el jornal a honorables mineros de nuestra tierra.

No teníamos medios aún para grabar nuestras rutas, pero te dejamos algunas fotos para que puedas ver dónde puedes disfrutar con tu bicicleta y con tus amigos. Enlazamos con el perfil y localización de la ruta (no somos los autores de la ruta de wikiloc): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4337252